La Misa es el acto litúrgico dentro del cual se ofrece el Sacrificio eucarístico o fracción del pan. Su origen viene de la última cena de Jesús y sus doce apóstoles, en donde les explica que el morirá pero que siempre estará con ellos y les hace entrega de su sangre y cuerpo en forma de pan y vino.

Dentro de la celebración litúrgica podemos encontrar las siguientes partes:

Primero esta el rito penitencial donde los fieles se arrepienten y piden perdón a Dios por sus faltas, le sigue la liturgia de la palabra y la Homilía (explicación del evangelio) y seguido la eucaristía o comunión en donde se recibe el cuerpo de cristo en forma de pan. También hay otras instancias como el rito de la paz, que se lleva a cabo antes de la comunión, de manera que estemos con el corazón limpio y en paz con el señor. 

La Santa misa, nos hace recordar la vida, el camino de Jesús, su sacrificio, su pasión, su muerte y resurrección, todo por sus hermanos y amigos. Es un acto litúrgico pero tambien es estar ante su presencia en su pasión, muerte y resurrección, sentir la felicidad de que esta vivo y entre nosotros, y que nunca nos abandonara, que estará con nosotros por los siglos y siglos.

En la Última Cena, Jesús convirtió el pan y el vino en su cuerpo y su sangre, y les pidió a sus discípulos: “hagan esto en conmemoración mía”. Cuando los católicos participamos en este sagrado misterio, y respondemos “amén”, cuando se nos da a comer el pan y a tomar el vino en la Eucaristía, profesamos nuestra firme creencia de que estamos recibiendo el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesucristo, no un símbolo.

Para todos los católicos, ¡EL DOMINGO ES UN DÍA DE FIESTA! Estamos alegres, nos ponemos nuestra mejor ropa, no trabajamos, tenemos tiempo para estar con la familia, porque ese día celebramos algo muy grande:

¡QUE JESÚS RESUCITÓ!